Miradas

Siempre me han llamado la atención los ojos, no sé por qué. Obviamnete la Ety diría que soy paranoide o voyeurista, pero más allá de eso, en que la Ety tiene toda, toda la razón, creo que me gusta mirar como miran los demás.

Por ejemplo no hay nada que me mate más las pasiones que los que besan sin mirar nunca, obviamnete no digo que estén con los ojos abiertos todo el rato, pero que cierren los ojos sin ni siquiera entreabrirlos, me carga!!! Siento que la mirada dice mucho más que cualquier otra parte del cuerpo. Creo que la pupila es la la voz más cálida y el grito más aterrador que puede dar el ser humano.

Basta con mirar los ojos de los esquizofrénicos, son una mirada que atraviesa, que conduce a un profundo vacío, a una confusión, donde la pupila no sabe si seguir mirando o voltearse hacia sí misma. Basta con mirar la mirada de los mendigos, los de verdad, no los chantas, es como si en ellas nadara la pena, la soledad, como si la pupila flotara para poder respirar algo de compasión. Basta con mirar la mirada de los enamorados, esas pestañas que durante horas tratan de no juntarse para no dejar de ver a quien se ama, para que en el pestañeo no se escapen las pupilas del otro en un suspiro profundo. Basta con mirar la mirada de los niños, es como si no tuvieran más que sus ojos para abarcarlo todo, para incorporar experiencias, para mirar a su madre. Y basta con mirar la mirada de esa madre cuando contempla al niño, como se pierde en los ojos de su hijo, como proyecta sueños y rellena al bebé de ilusiones.

Siempre soy mirón de miradas. Muchas veces me han pillado en el metro mirándole los ojos, y me hago el leso, pierdo la mirada tras ellos, como si no hubiese visto. Y es que no es vanal. De alguna manera, los ojos son espacios que quedan sin cubierta, sin piel, que cuando se muestran no se pueden ocultar. Quizás un oftalmólogo me diría que soy un ignorante y que la córnea es piel... bueno le digo que se remita al título de este blog y que me deje seguir mi idea... es un espacio que queda expuesto, un espacio que se muestra, que no se puede fingir, sino sólo evadir. Tal vez por eso me molesta tanto cuando no me miran a los ojos... Tal vez por eso me gusta mostrar algo más cuando beso...

Creo que si hay algo que no se puede olvidar nunca, son las últimas miradas. Siempre que voy a la playa la mira antes que desaparezca, porque siento que queda registrado algo distinto, un recuerdo mucho más difícil de borrar. Y las últimas miradas de las personas... esas sí que no pasan nunca más. Nunca olvidaré la mirada de mi tía el último día que la ví con los ojos abiertos, nunca... Nunca los ojos llenos de lágrimas cuando me despedí de Andrés, (que será como las guifas, pero no se me olvidan sus ojos) Ni tampoco las pestañas evasivas de los que mintieron descaradamente.

Definitivamente, tengo que aprender a confiar más en la mirada...y a besar como muchos, con los ojos cerrados para no mostrar nada más que una fachada...