No quiero la absolución...

Han sido días duros, un amigo cercano, a quien he aprendido a conocer y querer está pasando momentos difíciles, y, tal vez por los frágiles límites de mi identidad, me ha afectado un poco como si fuera a mí. En fin. En momentos como éstos recurro a mis orígenes, a mi infancia con mi abuelo escuchando la misa y mi madre rezando el rosario, a mí mismo a los 10 años prendiendo velas a la Virgen en el mes de María. Así que mientras esperaba a mi amigo chilote que llegara a Lastarria para almorzar antes de que emprendiera su viaje a la isla, decidí pasar a esa iglesia a rezar un ratito. Me senté adelante, mirando a Cristo y recé, como cuando aún tenía esa fé con un dejo omnipotente, como cuando creía que con ponerme de rodillas Dios me oiría y concedería el favor pedido.

Me sentí más tranquilo, entonces me paré, me persigné y me encaminé a la salida. El sacerdote estaba entrando al confesionario y dije: por que no aprovecho de confesarme? así me siento livianito de una? (cómo ven el infantilismo seguía predominando). Y entré.

El cura hablaba con una voz extraña, como de ultratumba, como cuando la gente tiene traqueotomía, como que se tiraba chanchos para emitir sonidos.

A-ve Ma-ría Pu-rísi-ma

Sin pecado concebida, padre

Cuen-tame tus pe-cados hi-jo

Y ahí empecé, le hablé de mi sensación de lejanía de Dios, de que desde que había optado por vivir una vida como homosexual sentía que me había alejado, no porque sintiera a Dios enojado sino porq quizas yo mismo me habia autoexcomulgado. Que me era angustainte sentirme solo, sentir q nunca encontraría nadie, que moriría abandonado, desolado, pero que pese a eso sabía que Dios estaba, pero que no podía acercármele. Le dije que tenía miedo, que había sido difícil, que me estaba alejando de la genet que me quería, de mi familia, de mis amigos de colegio, que sentía que había una opción que me alejaba del camino que una vez había seguido, y que era yo quien me estaba alejando, y no era el camino quien lo hacía. Le dijo eso y cosas que ya no me acuerdo, le dije eso y cosas que sólo sentía en ese momento. Le dije que sentía que la opción homosexual era un destino de dolor.

Con qui-en vi-ves?

Con mi hermano, y también de él me he estado alejando, ya casi no nos hablamos, siento que me alejo de todos...

Bue-no, la se-xua-li-dad es una opción, que en al-gun mo-mento de la vida se ha-ce, que todos pa-samos por eso. Qui-zas deberías volver a vi-vir experiencias con mu-je-res , ya que si pu-diste tener una re-lación es-table con una podrías volver a hacerlo. Efec-tivamente la vida ho-mose-xual so-lo lleva a la deses-peranza y a la so-ledad, porq po-drás encontrar so-lo unnplacer efi-mero, nada más. So-lo has teni-do experiencias y e-sas se pue-den borrar.

No sé si lo dejé de escuchar, sólo sé que en ese momento miré una imagen de Cristo en la cruz.

Me dio rabia, me sentí estafado, me sentí engañado por la iglesia, me sentí como un niño al que le están vendiendo la pomada. Se me pasaron por la cabeza mil respuestas, desde: Y de que me hablai voh de estar con una mujer, si se te hace?, o ¿y me vai a decir q en el seminario no te comiste a la mitad de los weones?, hasta ¿quien te cresi conchetumadre que me venís a decir lo que tengo que hacer si voh erís un cobarde castrado que no se asume maricón?...pero me callé

y solo dije:

Padre, sabe qué? No estoy de acuerdo con lo que me está diciendo, es más, creo que está siendo prejuicioso, yo no espero que ud me diga, dale no má, pero creo que está juzgando algo de una manera que a mi no me hace sentido.

Me es-tás en-tendioendo mal

No, si lo entendí, Pdre, y se lo agradezco, pero no siento que lo que me dice me haga sentido. Yo creo en un Dios que comprendeAsí que por eso, Padre, no quiero la absolución, muchas gracias igual.

Y me paré y me fuí (suena y me vestí y me fui, como el chiste, tenía que echarlo a perder todo con mis tallas fomes!!!)

Entonces me sentí bien. Salí enrabiado, pero sentí que sí había salido livianito, ví un Cristo que no me prometía felicidad, estaba "clavado" en una cruz. Y no es casual la metáfora sexual, y tampoco es un afán mesiánico de que me claven y entregue masoquisticamnete mi vida por los demás. Es un Cristo penetrado, dolido, horadado, fallado. Somos a imagen y semejanza de algo que duele, no de algo perfecto, porque en la falta está la perfección. Los únicos completos son los muertos, y Dios no ha muerto, (Sorry, Nietsche).

Pensé en cómo la imágen de perfección era trasmitida por la iglesia, por una iglesia cerrada, falsa, mentirosa, juzgadora, por palabras entrecortadas de un cura retrógrado y aparentador, que me decía que me casara, que tuviera hijos y hiciera de todo nada, que me postergara, que me negara, que me mintiera Sólo le faltó decirme que tuviera plata y me fuera a vivir a Lo Curro y tuviera unos 15 hijos. Creo que me sentí bien con Dios, porque sentí que era yo, que estaba asumiendo que sí, que hay una identidad que se está creando, que no es imágen solamnete, que se soetiene en un deseo, en una opción, y que no es una opción que tapo con sotanas, que es una opción que me pone en juego.

Salí confesado, porque dije la verdad, y los que me conocen saben que tengo la maldita costumbre de hacerlo, aunque suene narciso. No sé si logré trasmitir lo que viví, lo que sentí, y tal vez soy un engreído o una loca culiá que se las da de transgresora. Sólo hice lo que sentí que era concordante con el Cristo en el que yo creo, con un Dios casi en pelotas, atravezado con clavos, abandonado, sufriendo, sólo. No soy Cristo, no lo seré nunca... pero presiero sufrir y vivir, que negarme y sentarme en un trono imaginario.

Un saludo a mi amigo...te quiero mucho...todo va a estar bien.