Tuesday, January 11, 2011

Aterido
tapado con telas delgadas,
que no abrigan
que no ocultan.
Mojado
bañado de sudor de fiebre
con los oídos tapados,
el ardor en los ojos
visiones nubosas.
Solo
dentro de una caja vacía
sobre césped seco
sin regar desde noviembre.
Angustiado
como siempre
con el aire estancado
el latido progresivo
lo no nombrado.

Friday, January 07, 2011

Falos

He pensado en lo difícil que es mantener una relación homosexual entre dos hombres, bueno, tal vez más lo sea entre dos mujeres, no lo sé, y no lo he pensado. Pensaba en que fisonómicamente los falos se erectan y buscan entrar, y para entrar tiene que haber un espacio, llámenlo ano, boca, mano, lo que sea, pero el falo siempre va a querer entrar. Por su lado el del otro sujeto querrá lo mismo, penetrar, ya sea por el mismo o en la fantasía identificándose con el falo que es penetrativo: Algo así como "tomando parte" por el falo que penetra. Entonces: ¿Cuál es la posibilidad de complemento? ¿Cómo es posible que los dos falos, cada uno con su objeto igual al del otro, se complementen en lo fisiológico, símbolo de una relación humana?. Cada vez me lo cuestiono más, y no dudo de mi homosexualidad, tan diseccionada en el diván, sino de la posibilidad de que se de un camino de comunión y no de competencia de quién "se lo chanta al otro", para decirlo en vulgar chileno. Últimamamente me pasa eso, creo que la homosexualidad se juega en un constante juego de poder, donde se busca someter a un oponente, imponiéndole una forma de ser, un modo de ver las cosas, una forma de pensar, de dudar, de creer, un modo de sentir, un modo de vivir, un modo de besar, de tocar, se le busca transformar en uno mismo, creando una ilusión perfecta de mórula indiferenciada, donde son, quieren y esperan lo mismo del otro. No digo que esto sea un movimiento únicamente homosexual, para nada, es más creo que lo homosexual sólo es un complejo entramado que la sociedad se encarga de condensar.
En fin, tal vez estoy cansado de la dinámica de competencia, y me gustaría poder acoger y potenciar, desde una femenidad que trato de descubrir en mí, y que no va por el lado de que me guste las muñecas ni los perfumees, sino el poder contener un proyecto, resguardarlo de las rabias y de las competencias que tan fácil surgen frente otro falo.